Frontex. Melilla, la valla inteligente es un trabajo en forma de revista ilustrada de 102 páginas y 45 fotografías con ISBN 978-84-19136-62-6 impreso en un bonito papel brillante con tapa semi dura. Este trabajo no deja de ser otra queja, una crítica a un mundo donde el individualismo egoísta es la máxima representación del neoliberalismo entendido como una filosofía social individualista focalizada en lo esencial en el YO del individuo. Eso bajo mi punto de vista, lleva a la criminalización muy fácil y efectiva del otro, del pobre, del migrante, del diferente, enfrentando a la masa entre si como medio de control. De eso habla Frontex, Melilla la valla inteligente, que es la frase utilizada para humanizar una estructura de 12 kilómetros de largo por 6 de altura, que aísla una ciudad africana de su entorno inmediato. Una isla rodeada de tierra.
Ni Frontex es Bauhaus, ni esta publicación es el catálogo de una ferretería. Pero la valla de Melilla existe y ha estado dos años cerrada por culpa del covid, convirtiendo la ciudad en una isla rodeada de tierra. El salto multitudinario del 24 de junio del 2022 –con 23 muertos reconocidos; otras fuentes hablan de 37 personas fallecidas– vuelve a poner Melilla en el centro de la ignominia europea respecto a los migrantes de los países africanos. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, felicitó la actuación de la Gendarmería marroquí. El think tank Observatorio de Ceuta y Melilla y el partido ultraderechista Vox piden que la frontera sea gestionada por Frontex. Así el Estado puede lavarse las manos.
Fotografía y diseño: Marc Javierre-Kohan. Texto de Jesús Martínez